sábado, 29 de noviembre de 2014

Londres está aún más gris sin ti...



                             A veces tenemos que tomar decisiones en nuestras vidas que pueden ser más bien difíciles. Decisiones que tenemos que tomar solo y exclusivamente por nosotros mismos y pensar solo en lo que nosotros queremos y no en lo que esperan los demás. Decisiones que nos van a ayudar a crecer como personas y que van a desarrollar nuestro intelecto.
                             Como toda decisión, también tendría cosas negativas. Nos quitará algo. En mi caso no hace falta que os aclare que esta decisión fue la de irme de Erasmus. Llevaba toda mi vida soñando con este momento y al fin, lo conseguí. Sabía que dejaba atrás a mi familia, a mis amigos, a mi pareja... Sabía que iba a abandonar deliberadamente mi zona de confort y que me iba en pos de una vida nueva.
                              Lo que yo no sabía es cuánto se puede echar de menos a una persona. Cuantas veces al cabo del día puedes pensar en ella. Cuántas horas puedes estar imaginándola  y cuántas lágrimas nocturnas se pueden derramar por la melancolía de no tenerla cerca. Lo que yo no sabía es a que nivel duele tener lejos a la mitad de tu alma,a la mitad de tu vida y a la mitad de tu corazón. Y por último lo que menos sabía es cuánta alegría se puede sentir cuando por fin ves a esa persona después de dos meses de conversaciones a través de una triste pantalla de ordenador.
                             Lo que vengo a decirte, básicamente, es que gracias. Gracias por venir estos días. Gracias por apoyarme y por acompañarme en esta aventura y en tantas otras. Gracias por hacer estos días los más bonitos hasta el momento. Gracias por entenderme y por entender esta decisión. Gracias por quererme en todo momento y por hacer tantos sacrificios por mi. Este año no va a ser un año perdido. Este año es el año de darnos cuenta de que, aún sabiendo vivir el uno sin el otro, simplemente preferimos no hacerlo. De darnos cuenta de que aunque podemos estar solos preferimos acompañarnos, estemos donde estemos. Porque sin ti sería más aburrido. Gracias por ser mi mejor amigo, mi compañero de viajes, mi alma gemela, mi pareja y todo lo que se podría pedir alguna vez.
Desde que te has ido no ha parado de llover en mi pupila. El cielo está más gris y el sol ya no quiere salir. 
Te amo.