jueves, 29 de marzo de 2012

Y si fuera mi vida una escalera me la he pasado entera buscando el siguiente escalón...

...Convencido que estás en el tejado esperando a ver si llego yo!

Pero los escalones se acabaron. Subí más de cien escalones, más de doscientos, me atrevería a decir que casi el doble. No encontrándote en ninguno pensé "¡Claro! ¡Estará en el tejado! ¡Me daré prisa en subir para que no tenga que esperarme!" Pero llegué al tejado, en este en el que estoy, y aquí no hay nadie. No me estabas esperando. No habías llegado.

Estoy aqui arriba, en esta fría noche de invierno, conversando con la luna. Tantas noches aquí me han unido a ella. La dama me cuenta todas las noches si te ha visto, pero nunca lo hace. Yo me asomo con cuidado para no caerme, pero ya me he hecho numerosos rasguños. Nunca extremo el cuidado. Siempre pienso que puedo acercarme un poco más sin hacerme daño. Soy la eterna mujer de las cicatrices, el paño de seda sucio, usado y ajado. Por cada caída tengo una cicatriz, pero las peores son las que albergo en el corazón. Siempre consigo aferrarme a una teja suelta, pero comienzo a quedarme sin tejas. Cunado no quede a lo que agarrarme, la caída será mortal, no lo dudo.

Estoy aquí arriba, rodeada de cuervos que esperan a que las fuerzas me abandonen para devorarme las entrañas. También te buscan a ti, pero saben que a ti no te encontrarán, que no llegarás, que no habrá nadie que alimente mi esperanza. Las aves me traen comida en ocasiones, pero yo prefiero morir de hambre antes de recibir siquiera un trozo de pan que no sea tuyo. Los huesos comienzan a hacerse hueco entre mi piel translúcida, ya no tengo los pómulos de una mujer sana. Ya no me queda la musculatura con la que antes mis piernas sostenían mi cuerpo, ni la sonrisa que elevaba mi alma.
Estoy aquí arriba, esperando a que el sueño venga. Aguardo con impaciencia tu llegada y mis nervios no me permiten descansar. Influye además que quiero estar despierta cuando llegues (¿Porque llegarás, verdad?) Pero ante todo tengo miedo. La luna esta noche está timida y se ha escondido tras los árboles.
El sueño se acerca, tú no has llegado. Sé que si cierro los ojos no los volveré a abrir...pero estoy tan cansada... En un último esfuerzo intentaré salir de aquí. Cojo la escalera con la que llegué. Comienzo a bajar. Me fallan las fuerzas. Mi cuerpo se precipita al vacío. Cierro los ojos. Ahora puedo dormir