martes, 5 de marzo de 2013

I belong with you, you belong with me

     
         Es curioso cómo van pasando las horas, los días, las semanas, los meses e incluso los años y cómo a cada decidido paso que da la aguja de un reloj van cambiando nuestras vidas. Lo que yo no me imaginaba en ningún caso es que uno de estos cambios, uno que me salvaría la vida de una forma u otra se daría en cuestión de simples segundos.
          Entraste en mi vida de casualidad, de la más bonita de las casualidades que puede darse. Quizá de una forma un tanto abrupta y descortés y sin que fuesemos realmente conscientes de lo que hacíamos. Pero en ella estabas, al fin y al cabo. A pesar de no ser correspondido ni mutuo, empezaste a importarme más de lo que yo quería y de lo que deberías, hasta que a ambos se nos fue de las manos y aquí estamos hoy.
          Es aún más curioso, si cabe, cómo despues de tantas traiciones, mentiras, dolor y tantos otros sentimientos negativos y que cerraron las oportunidades a volver a confiar en nadie que no fuese yo misma, volví a abrirme a alguien. Y lo más sorprendente es que ese alguien, que también había perdido la esperanza y la fé en la bondad y la sinceridad de las personas también pudo volver a confiar. Por que se lo merecían. Por que ambas personas necesitaban encontrarse la una a la otra e intentar hacerse todo lo felices que pudiesen. Y cómo el uno fue debilitando las murallas que el otro había construido alrededor de un corazón inerte.
        Y este puente, estos días que hemos pasado juntos. Ha sido el culmen de la felicidad. Verte todos los días, pasar contigo cada noche, cada momento, cada instante en el que con una sola mirada hacías vibrar hasta lo más íntimo de mi persona. Cómo con el simple roce de tu piel conseguías que el tiempo se parase y que no existiese nada ni nadie más que dos corazones dormidos que laten al mismo ritmo.
          Es sencillamente genial y maravilloso como una persona que en un principio era una total desconocida para ti puede llegar a ser tanto para ti. Puede conseguir devolverle la luz a tu camino. Un camino que conducía a la perdición hasta que él llegó. Es genial como el tiempo se jacta de nuestra distancia y pasa lento  cuando no podemos vernos y vuela cuando estamos juntos, y por encima de todo cómo puedes ser la persona de la que como sigamos así, me enamoro y caigo  dependo tanto a día de hoy. Cómo eres tan esencial en mi vida, tan especial, tan único, tan tú.
          Así que nada. Llegados a este punto lo que me queda por decirte ya lo sabes. Que espero que nunca te vayas de mi lado. Que disfrutes tanto conmigo como disfruto yo contigo, o al menos la mitad por que lo mismo es imposible. Y que ojalá conociese un idioma, o alguna forma para expresar tódo lo que realmente siento por ti. Aunque lo pongas en duda.
           Y a veces, cuando me quedo un poco más seria o estoy algo más callada, es por miedo. Miedo a que me termines haciendo daño tú tambien por que no sepas corresponderme. Por eso intento no hacerlo, de verdad que no quiero. Pero ¿Qué clase de ser humano conseguiría no quererte, no enamorarse de ti?
           Pero a fin de cuentas..."Querer a alguien es entregarle tu corazón sabiendo que puede hacerte daño confiando en que no lo hará"
Gracias por hacerme feliz y conseguir que vuelva a sentirme viva, volver a ser yo misma.
Yo voy a quererte siempre, solo por si algún día lo haces tú tambien. Ojalá ese día llegue. Ojalá ese día esté más cerca de lo que yo quiero pensar. 
Te quiero